domingo, 30 de octubre de 2011

Cerro de los Ángeles

 

Después de un mes de inactividad ciclista, por motivos varios, pero sobre todo por un catarrazo que me ha durado dos semanas, hoy por fin he podido salir con mis compañeros de Think Bike , y vaya si se nota 30 días de inactividad, he llegado para el arrastre.

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En esta ocasión nos dimos cita (de izquierda a derecha)  Peli,Gallo,Trípode y Antuan.

Peli también estaba convaleciente y decidimos hacer una ruta no muy dura, iríamos al Cerro de los Ángeles.

La ruta es muy llana, el terreno estaba algo blando por las ultimas lluvias pero no demasiado, pero a mi se me ha hecho bastante duro,después de un mes en dique seco, se nota que las piernas no responden como tu recordabas.

Al pie de la iglesia del cerro, hemos encontrado un bunker de la guerra civil, utilizado para la defensa de Madrid, ahora utilizado para hacer botellón, etc..

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Estar en este tipo de construcciones me da que pensar, en como alguien podía estar agazapado entre esos muros esperando al enemigo,con altas probabilidades de morir, y aguantar el tirón, yo de estar en su lugar creo que hubiese salido corriendo, bueno creo no, seguro.

Toca volver y como a Gallo, que esta enorme, le parecía poco cosa los km que íbamos recorrer , propone volver por la Marañosa, Puff…. , yo, dada mi condición física actual, decide volver por donde habíamos venido y esperarlos en una terracita, adelantándome a tomar una cervecita y disfrutando del solecito que hemos tenido hoy en Madrid.

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Ya en solitario y de vuelta, llegando al puente que salva el Manzanares, me encontré con esta imagen peculiar, toros y cigüeñas, comiendo no se que, en aparente armonía, eso si juntos pero no revueltos.

Por fin llego al paseo marítimo (zona de bares) como lo llama Cebo, después de haber recorrido 59 km y al ratito llegan los compañeros después de realizar 11 km mas, al haber variado la vuelta su contador es de 70 km. Nos sentamos en la terraza de un bar y nos metemos pal cuerpo varias cervezas, los pinchos que nos ponen y una ración de oreja.

Al subirme de nuevo a la bici para recorrer los apenas 500 metros que hay a casa, es cuando me doy cuenta de como tengo las piernas, hechas polvo, pero  bueno todo será coger de nuevo la forma.

Y colorín colorado, esta ruta se ha acabado.

 

jueves, 13 de octubre de 2011